3.5. Prevenir el racismo desarrollando
la tolerancia
Los estudios realizados
sobre la violencia en general reflejan que la representación
que una persona o un pueblo tiene de sus posibles víctimas,
desempeña un decisivo papel en el riesgo de ejercerla.
El individuo violento suele creer que su violencia está
justificada o es inevitable, y se conceptualiza a sí
mismo cuando la utiliza como un héroe y a la
víctima como un ser despreciable e infrahumano,
inhibiendo la empatía. Así es más
fácil emplear la violencia. La representación
de una persona o un colectivo como inferior o como enemigo
está estrechamente relacionada con su posible
victimización. En función de lo cual no
resulta sorprendente que las creencias sexistas y racistas
estén estrechamente relacionadas con la violencia
que se ejerce contra los colectivos a los que se aplican.
Conviene
tener en cuenta, por otra parte, que una de las causas
más importantes de la intolerancia son las diferencias
de estatus y poder que existen entre los seres humanos.
El prejuicio puede ser utilizado para legitimar dichas
diferencias. Numerosas situaciones históricas
así lo reflejan: el hecho de considerar a las
personas sometidas a situaciones de esclavitud y explotación
como inferiores (en inteligencia, ambición...)
ha sido utilizado para dar apariencia de justificación
a las injusticias que con esas personas se cometían.
Por otra parte, cuando se negaba a las mujeres el derecho
a votar, solía argumentarse que su desarrollo
intelectual era inferior al de los hombres.
Al igualar el poder que
existe entre dos grupos los prejuicios entre ambos suelen
disminuir. Cambio que puede ser considerado como una
prueba de la importancia que tiene la igualdad de oportunidades
para desarrollar la tolerancia.
La Historia
de la Humanidad refleja que intolerancia y violencia
suelen producirse de forma paralela, como dos caras
de una misma moneda, cada uno de estos dos problemas
contribuye a que el otro aumente. La intolerancia está
en el origen de la violencia. Y la violencia genera
intolerancia. En una guerra, por ejemplo, la imagen
del enemigo suele ser extremadamente estereotipada,
con características infrahumanas, contra las
cuales es más fácil emplear la violencia.
La integración física
como condición necesaria pero no suficiente para
la integración social de las minorías
Los estudios
realizados desde los años 60 en aulas en las
que conviven alumnos de distintos grupos étnicos
reflejan que con frecuencia existen problemas de intolerancia,
especialmente en los alumnos del grupo mayoritario o
con más poder, y que sus compañeros de
grupos minoritarios sufren con frecuencia situaciones
de aislamiento y exclusión, sobre todo cuando
se encuentran en situación de desventaja socioeconómica
o académica. A partir de dichos estudios se comprueba
también que la existencia de dichos problemas
disminuye con tres cualidades básicas, que conviene
promover:
1) Capacidad
de comprensión de las diferencias sociales.
En uno de los principales estudios llevados a cabo sobre
la intolerancia en la adolescencia (Glock et al., 1975)
se observó que las principales diferencias detectadas
entre los alumnos más y menos intolerantes eran
de tipo cognitivo. Y giraban, sobre todo, en torno a
la forma de explicar las diferencias sociales detectadas;
en relación al contexto social, cultural, económico
e histórico, por parte de los adolescentes tolerantes,
o al margen de dicho contexto, como si se derivaran
automáticamente de las diferencias biológicas
y fueran innatas e inmodificables, por parte de los
adolescentes intolerantes.
2) Igualdad
de estatus. La igualdad del estatus (socio-económico
o académico) de distintos grupos favorece el
establecimiento de relaciones positivas. La mayoría
de los estudios realizados, en este sentido, señalan
que la intolerancia se activa cuando, al hecho de pertenecer
a un grupo étnico minoritario, se une el de pertenecer
a un grupo en desventaja social, económica o
cultural. A partir de la teoría del contacto
(Allport, 1954) se deduce que para favorecer la tolerancia
se deben proporcionar situaciones de contacto en las
que los sujetos de distintos grupos étnicos tengan
un estatus similar. La integración física
pocas veces conduce de forma automática a este
tipo de situaciones. Es poco probable que los alumnos
del grupo mayoritario y los estudiantes pertenecientes
a minorías étnicas en desventaja encuentren
una base de igual estatus en las aulas multiculturales,
puesto que aquellos suelen tener un nivel socioeconómico
más alto, superiores puntuaciones académicas
y mejores relaciones con los profesores .
3) Oportunidades
para el establecimiento de relaciones de amistad.
La tolerancia entre compañeros de aulas multiculturales
depende, en gran parte, del tipo de relación
intergrupal (estrecha versus superficial) que el contexto
escolar permite. Las investigaciones realizadas demuestran
que las relaciones estrechas con compañeros de
otros grupos culturales contribuyen a desarrollar la
tolerancia hacia dichos grupos. Mientras que las relaciones
superficiales no sólo no parecen desarrollarla
sino que incluso, en determinadas ocasiones, pueden
contribuir a activar la intolerancia. En este sentido
cabe interpretar los resultados obtenidos por Schofield
(1982) en un estudio de campo de tres años de
duración realizado en un centro educativo en
el que se daban condiciones estructurales muy positivas
para la tolerancia. A pesar de lo cual se observó
que los adolescentes interpretaban la conducta de los
alumnos del otro grupo étnico de forma que impedía
el establecimiento de relaciones de amistad . Los muchachos
angloamericanos percibían sesgadamente las conductas
de broma de sus compañeros afroamericanos como
conductas hostiles intencionadamente dirigidas contra
su personalidad. Y éstos percibían sesgadamente
las conductas de ayuda de aquellos como exhibiciones
de arrogancia. Otro importante resultado de este estudio
es que los profesores trataban de superar la intolerancia
negando las diferencias (impidiendo hablar de la identidad
étnica). Dada la importancia que este tema tiene
en la adolescencia, concluye el autor de esta investigación,
al impedir la comunicación en este sentido, los
profesores privan a sus alumnos de oportunidades necesarias
que podrían ser de gran ayuda para su desarrollo.
Para explicar estos y otros resultados obtenidos en
contextos educativos tradicionales, conviene tener en
cuenta que los procedimientos competitivos-individualistas
utilizados en ellos proporcionan muy pocas oportunidades
para establecer relaciones inter-étnicas estrechas.
En estos contextos los alumnos suelen segregarse a partir
de su grupo étnico o cultural; a partir del cual
se establecen las actividades en las que participan
y las funciones sociales que desempeñan. Lo cual
limita las oportunidades para una interacción
intergrupal positiva, tanto dentro como fuera del contexto
escolar.
De acuerdo a la teoría
del contacto propuesta por Allport (1954), para favorecer
la superación de los problemas de intolerancia
anteriormente expuestos, que con frecuencia se observan
en aulas multiculturales, es necesario promover actividades
que difícilmente se dan de forma espontánea,
en las que: se produzca contacto intergrupal con la
suficiente duración en intensidad como para establecer
relaciones estrechas, se proporcionen experiencias en
las que los miembros de los distintos grupos tengan
un estatus similar y cooperen en la consecución
de objetivos compartidos. Las investigaciones realizadas
en nuestro entorno sobre el aprendizaje cooperativo
en equipos heterogéneos con el procedimiento
que se describe en el apartado 1.5
apoyan dicha teoría, así como la eficacia
de la cooperación para favorecer la tolerancia
y la integración de todos los alumnos: en contextos
interétnicos (Díaz-Aguado, 1992); con
alumnos de necesidades especiales (Díaz-Aguado,
1994); y con adolescentes que inicialmente tenían
problemas de exclusión social (Díaz-Aguado,
1996, 1998).
La prevención de la intolerancia desde la
escuela
Las investigaciones
que hemos realizado para desarrollar la tolerancia (Díaz-Aguado,
1992; 1996; 2002) reflejan que para conseguirlo es necesario:
1) Favorecer
cambios cognitivos, afectivos y conductuales, ayudando
a incorporar el rechazo a la intolerancia en la propia
identidad.
2) Incrementar
los esfuerzos para superar la invisibilidad de los
colectivos marginados en el currículum, incorporando
contenidos y métodos que ayuden a comprender
las diferencias y semejanzas existentes entre los distintos
grupos desde una perspectiva histórica, considerando
sus causas y consecuencias, y enseñar a usar
dicho análisis para valorar situaciones actuales
y mejorar situaciones futuras.
3) Desarrollar
habilidades para identificar y rechazar los estereotipos
racistas xenófobos, que contribuyen a la violencia,
y para generar esquemas alternativos.
4) Orientar
la intervención de forma que llegue también
a los casos de riesgo; ayudándoles a afrontar
la alta incertidumbre que suelen experimentar en la
adolescencia.
5) Llevar
a cabo experiencias de aprendizaje cooperativo en
equipos heterogéneos (en género, etnia,
actitudes, rendimiento...) y favorecer una participación
activa de todas y todos en el sistema escolar, incrementando
y distribuyendo las oportunidades de poder y protagonismo,
en lugar de reproducir en la escuela las discriminaciones
que existen en el resto de la sociedad.
Actividades sobre "mensajes
contra el racismo"
Esta actividad
incluye como material básico el documento audiovisual
que con este mismo título se incluye en el vídeo
uno de los Programas de educación para la
tolerancia y prevención de la violencia en los
jóvenes, (la Caja Azul), que ha sido elaborado
seleccionando 9 spots entre los presentados por
diversos medios de comunicación dentro de la
Campaña europea de la juventud contra el racismo,
la xenofobia, el antisemitismo y la intolerancia del
Consejo de Europa. Se presentan a continuación
alguno de los spots utlizados en esta actividad:
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Spot
1. La tienda. |
|
Spot
2. Las manos de colores. |
Objetivos
1) Enseñar
a detectar y a combatir el racismo y la intolerancia.
2) Desarrollar
el pensamiento formal (el pensamiento abstracto) a través
del análisis de diversos mensajes contra el racismo.
3) Favorecer
la identificación con la defensa de la tolerancia.
4) Y desarrollar
una actitud reflexiva y crítica respecto a la
información que se recibe de la televisión.
Secuencia de actividades
Para avanzar
en el logro de los objetivos anteriormente expuestos
se proponen las siguientes actividades:
a) Presentación
de la tarea por el profesor, pidiendo a los alumnos
que observen los diversos spots, prestando atención
a las características formales de cada mensaje:
¿en qué consiste?, ¿qué
pretende transmitir? ¿a quién va dirigido?...
y que los evalúen como si fueran jurados de un
concurso (en grupos heterogéneos) utilizando
una escala de 5 grados, teniendo en cuenta los siguientes
aspectos del mensaje: claridad, valor estético,
coherencia con lo que pretende transmitir, previsión
de su eficacia, incidencia en la prevención del
racismo y la intolerancia. Cada subgrupo actúa
como un jurado y tendrá un portavoz que registrara
los criterios por los que se le otorga la puntuación.
b) Visualización
de los 9 spots.
c) Análisis
de las características formales de los 9 mensajes
de forma conjunta (toda la clase).
d) Trabajo por subgrupos,
evaluando los spots.
e) Puesta en común,
en la que cada portavoz comunicará al resto de
la clase las puntuaciones otorgadas y se procederá
a su suma general y al debate final sobre la naturaleza
del racismo.
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