4.2. ENSEÑAR A PENSAR PARA RESOLVER
CONFLICTOS SOCIALES
La violencia
surge con frecuencia cuando el individuo o el grupo
que la utiliza carece de alternativas constructivas
a través de las cuales resolver los conflictos
que experimenta. Por eso para prevenirla, y mejorar
la convivencia escolar, es preciso desarrollar dichas
alternativas.
Los estudios
realizados con adolescentes y adultos que recurren con
frecuencia a la violencia reflejan que suelen tener
dificultades para resolver de forma inteligente los
conflictos y tensiones que experimentan; como consecuencia
de lo cual se comportan de forma que tiende a obstaculizar
no sólo el bienestar de sus víctimas sino
también su propio bienestar, porque con su violencia
aumentan (por lo menos a medio y largo plazo) las tensiones
y conflictos que originaron su conducta violenta. Ayudarles
a descubrirlo y enseñarles procedimientos sistemáticos
para resolver de forma más inteligente y justa
sus tensiones y conflictos puede ser, por tanto, un
procedimiento muy eficaz para prevenir la violencia.
Para lo cual es preciso enseñarles a realizar
correctamente todas las fases del proceso a través
del cual se analizan y resuelven los conflictos sociales,
en las que suelen detectarse deficiencias. Como se refleja
en las respuestas que Manuel, (su nombre está
cambiado para respetar el anonimato), un alumno de cuarto
de la E.S.O. de 16 años, dio en la entrevista
realizada en una investigación reciente (Díaz-Aguado,
Dir. 2001), al preguntarle por los problemas en el instituto,
tratando de evaluar cómo percibe él su
propia situación:
MANUEL
(ANTES DE PARTICIPAR EN LOS PROGRAMAS PREVENCION DE
LA VIOLENCIA) "Me han echado de clase muchas
veces por enfrentarme a algunos profesores. (...)
Me faltan al respeto. Abusan de ser profesores. Como
el otro día una profesora me dijo que la clase
estaba mejor sin mí y yo le dije que si estaba
mejor sin mí entonces también estaba
mejor sin ella. (...) Si me porto mal y hay unas normas
que me las expliquen...podrían intentar hablar
conmigo, llevarme por otro camino. (...) son profesores.
Ellos sabrán cómo, pero no diciéndome
esas cosas porque me incitan a que me ponga nervioso
y empeore todo. Esta clase es problemática.
Todos lo dicen. Nos hemos juntado la mayoría
repetidores. (...) este año he empezado mal
y no creo que tenga solución. ¿Si
tu fueras director del instituto qué harías
para resolver estas situaciones? Cambiar el modo
de dar la clase y echando al alumno o al profesor.
Porque a mí me expulsan pero a ellos no."
Manuel define el conflicto
de forma muy parcial y distorsionada, sin reconocer
la diferencia de papeles existente entre él y
su profesora, e ignorando su propia responsabilidad
en el problema que describe. Cree que no tiene solución,
y tampoco lo intenta, incrementando incluso con su conducta
dicho problema, sin valorar las consecuencias de dicha
conducta ni las posibles alternativas que podrían
ayudarle a mejorar su situación en el aula y
la relación con los profesores. El procedimiento
de resolución de conflictos que se describe a
continuación es eficaz para ayudar a superar
dichos problemas, sobre todo cuando se realiza de forma
paralela a otros procedimientos que contribuyen a desarrollar
proyectos académicos y a disminuir la fuerte
tendencia reactiva de algunos alumnos que, como Manuel,
creen que el curso está perdido y no han aprendido
a inhibir reacciones negativas ante las dificultades
que encuentran en la escuela.
Como puede
observarse en el apartado 1.9, sobre
las opiniones de profesores/as y alumnos/as acerca del
aprendizaje cooperativo, la representación
de Manuel sobre su situación en el aula mejoró
mucho, como el mismo sugería, incorporando determinadas
innovaciones educativas (como el aprendizaje cooperativo
en equipos heterogéneos), que permitieron desarrollar
proyectos académicos a todos los alumnos, disminuyendo
su conducta reactiva de tipo negativo, mejorando con
ello el clima del aula y las relaciones con los profesores.
Procedimiento para enseñar
a resolver conflictos socioemocionales
Para enseñar
a resolver conflictos de naturaleza socioemocional,
es preciso ayudar en todas las fases de dicho proceso:
1) Definir
adecuadamente el conflicto, identificando todos
sus componentes e integrando en dicha definición
toda la información necesaria para resolverlo.
A la conducta violencia subyacen con frecuencia definiciones
hostiles, en las que se ignora información de
gran relevancia para buscar explicaciones alternativas.
2) Establecer
cuáles son los objetivos y ordenarlos según
su importancia. La conducta violenta suele producirse
cuando no se considera la globalidad de los objetivos
implicados en la situación que la provoca, sino
solamente alguno o algunos (como: reaccionar a una real
o supuesta humillación, demostrar que no se es
cobarde....) sin considerar los demás.
3) Diseñar
las posibles soluciones al conflicto y valorar cada
una de ellas teniendo en cuenta las consecuencias -positivas
y negativas- que pueden tener para las distintas personas
implicadas en la situación. La falta de consideración
de las consecuencias que produce la violencia, o la
distorsión de las mismas (sobrevalorando sus
efectos positivos e infravalorando los negativos) es
una de las principales deficiencias que subyace a la
conducta violenta.
4) Elegir
la solución que se considere mejor y elaborar
un plan para llevarla a cabo. Es muy importante que
dicho plan incluya una anticipación realista
de las dificultades que van a surgir al intentar llevarlo
a la práctica, así como de las posibles
acciones que pueden permitir superarlas.
5) Llevar
a la práctica la solución elegida.
Cuando se anticipen dificultades importantes en esta
fase del proceso, puede resultar conveniente que sea
realizada con ayuda de un mediador. En el apartado 4.5
(negociación y mediación)
puede encontrarse una descripción de dicho papel.
6) Valorar
los resultados obtenidos y, si no son los deseados,
volver a poner en práctica todo el procedimiento
para mejorarlos. En esta fase del proceso conviene ayudar
a interpretar lo que se consigue de forma realista y
con optimismo, concentrando la atención en los
avances, en lo que puede ser modificado a través
de la propia acción, y sustituyendo el concepto
de fracaso por el de problema a resolver.
El hecho
de ir escribiendo las distintas fases de todo este proceso
puede facilitar su realización. Se presenta a
continuación una ficha con el esquema a seguir.
FICHA
DE RESOLUCIÓN DE PROBLEMAS SOCIALES
1.-Definir el problema incluyendo
todos sus componentes:
2.-Ordenar cuáles son los
objetivos que intervienen según su importancia:
3.-Diseñar diversas estrategias
para resolver el problema anticipando las consecuencias
(positivas y negativas de cada una) y puntuando
dichas consecuencias:
Estrategia uno :
Consecuencias positivas
Puntuación Consecuencias
negativas Puntuación
__________________________________________________________________________
__________________________________________________________________________
__________________________________________________________________________
Total
Total
Estrategia dos :
Consecuencias positivas Puntuación
Consecuencias
negativas Puntuación
_________________________________________________________________________
__________________________________________________________________________
__________________________________________________________________________
Total
Total
Estrategia tres :
Consecuencias positivas Puntuación
Consecuencias
negativas Puntuación
__________________________________________________________________________
__________________________________________________________________________
__________________________________________________________________________
Total
Total
4.-Elegir la solución que
se considere mejor:
5.-Planificar su puesta en práctica:
6.-Valoración de los resultados
obtenidos |
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